Recuerdo muy bien un momento en mi vida. Fue a fines de 1992. La música pesada me gustaba cada vez más. Y una noche me quedé a dormir en lo de un amigo que tenía TV por cable. Ya había leído en publicaciones especializadas acerca de la existencia de Headbanger's Ball, aquel mítico programa de MTV donde se pasaban videos metaleros. Pero no tenía remota idea que existía una versión latina. Aquella noche, la descubrí.
Mientras el resto de mis amigos jugaban al family game o vaya saber uno bien a qué, yo me quedé prendido frente al televisor, de 11 de la noche a 1 de la mañana. No podía creer la cantidad de bandas que estaba descubriendo, muchas de las cuales me sonaban únicamente de oído. Y ahí escuché por primera vez Alice In Chains, gracias al video de "Angry Chair". A partir de ese momento, mi única misión en la tierra fue conseguir material de ellos.
Más de una vez comenté que el reproductor de CD tardó en llegar a casa, así que ansiaba la edición en cassette de cualquiera de sus discos. Finalmente, en 1993, pude conseguir la maldita edición de "Dirt". Mi inocencia se vio sorprendida cuando dio comienzo "Rain When I Die", al mismo tiempo que la lluvia inundaba Buenos Aires. Todo lo que emanaban los parlantes para mí era gloria pura y a pocos días AIC se transformó en una de mis bandas favoritas.
Lloré como un loco la pérdida de Layne Staley, uno de mis cantantes favoritos, a comienzos de esta década. Para mí, sin él la esencia del grupo está perdida (a pesar de que "Black Gives Way To Blue" es una maza). Incluso muchos me tildan de demente cuando afirmo que mi bajista favorito es Mike Starr (ya haré un post al respecto). Pero sucede que AIC va más allá de mis emociones. Y, se sabe, las emociones y los sentimientos son dificiles de controlar.
Arranqué este año escuchando a full el box set "Music Bank" y allí se resume buena parte de la breve discografía de los chicos de Seattle, que al día de hoy me siguen conmoviendo hasta las lágrimas. Y, nadie me lo va a discutir, suenan atemporales, frescos, a pesar de la sumisión en ese pantano llamado heroína.
Esta semana, a mi casaca de Rooster no me la saca nadie.
5 comentarios:
Quiero esa remera motherfucker. Por lo menos prestámela y le hago una fotocopia color y me la imprimo en otra blanca, (re 90's eso).
Jaja! Posta eh! Bastante me viene durando...
dale copete, escribite algo papa! estas como en tu laburo re dormido!!!
Jaja! Dura acusación, Anónimo. Me dejaste pensando en tu identidad... ya te sacaré... resulta que ando un tanto holgazán ultimamente, ya estaré actualizando el blog en breve... tengo mis tiempos...
Ese remera tiene historia no Astilla?
Abrachio!
darioUzi
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